lunes, 30 de septiembre de 2013

Seamos...

Quizá el momento que nos espera sea el momento que esperamos. Mientras llega ese momento...

Esta época en la que me hallo inmerso es, probablemente el periodo más difícil de mi vida. Apenas encuentro refugios en los que poder albergar mi alma. Uno des esos escasos refugios es la música. Siempre me he definido como un rockero melómano, sin poses, sin cumplir estereotipos. Pero además del rock me apoyo en los más variados géneros para intentar, que no conseguir, evadirme, de la aflicción. Resulta extremadamente complicado para una persona con mi carácter, tremendamente sensible y frágil (pese a que hasta hace poco era una parte de mi que no enseñaba al exterior). La música de cine puede cumplir muchas veces esa tarea y, recientemente he "construido" con algunos de mis compositores favoritos una banda sonora de esta etapa tan convulsa de mi existencia. En esa banda sonora figuran compositores clásicos como Max Steiner, E. W. Korngold, Fredrik Hollander, o compositores más recientes como John Williams, Alan Silvestri, Michael Nyman, Aaron Zigman, Jerry Goldsmith o el que quiero destacar para esta entrada del blog. Se trata de Hans Zimmer. Desde las temprana, Rainman, El último emperador o Black Rain, pasando por Gladiator, Pearl Harbour, el último Samurai  hasta los mas recientes scores para personajes de cómic como Batman, Ironman o el hombre de acero.

De esta última es de la que quiero presentaros una muestra del arte de este genial compositor de grandes melodías épicas como la que nos ocupa en esta parte del post.


Hans Zimmer - What Are You Going to Do When You Are Not Saving the World?

Esta música me acompaña en alguno de esos momentos de los que he hablado anteriormente al tiempo que leo unas frases que encontré por la red hace algún tiempo y que deseo que algún día sean ciertas para mí.


No seamos un cuento, seamos una historia.

No seamos un tiempo, seamos una eternidad.

No seamos un sueño, seamos una realidad.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mi amigo Manuel

También somos lo que hemos perdido

Con esta frase termina, si no recuerdo mal (lo digo por que no consigo recordar con certeza si aparece al principio o al final del film), la película de Alejandro González Iñarritu, Amores Perros.

Hoy hace exactamente un mes que se fue uno de mis mejores amigos. No escribiré un gran epitafio, quien me conoce, sabe lo que siento y que lo llevaré siempre dentro (como a mi madre, a mi padre o a toda la gente que quiero).

Únicamente decir lo que una vez dijo Antonio Machado....

La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.

Te quiero amigo Manuel Valverde

domingo, 22 de septiembre de 2013

Cloud Atlas



¡Como si existiese algo que no se haya repetido ya mil veces desde Aristófanes! ¡Como si el arte fuese el Qué y no el Cómo!”. (El Atlas de las nubes, David Mitchell)

La frase anterior no se menciona en ningún momento de la película homónima de los hermanos Watchowski, pero resulta perfectamente aplicable a las formas cinematográficas de su último film, muy infravalorado en mi opinión pero que, para mi, es ya todo un clásico.


El libro de Mitchell, con una estructura narrativa de difícil encaje en el lenguaje cinematográfico no ha sido obstáculo para que  los Watchowski y Tom Tykwer hayan construido film brillante, tanto en sus formas (un montaje espectacular, para las escuelas de cine) y visualmente exquisito, como en sus contenidos. Son seis historias aparentemente independientes que van progresando hasta fundirse en una aparente única historia enlzadas por los devenires y tribulaciones de sus personajes. Es cierto que hay algunas historias que enganchan más que otras lo que, en momentos muy puntuales, influye en el ritmo de la narración pero considero que esto es parte del juego cinematorgáfico de la cinta. 

La película exige cierto esfuerzo por parte del espectador, es cierto, especialemente al principio de la narración, pero poco a poco vamos advirtiendo las conexiones entre las historias y los personajes, sus ansias, sus miedos, sus luchas, sus anhelos  (Todo está conectado, es una de las frases promocionales del filme). Todo está construido con maestría, incluso los aparentemente burdos maquillajes de los personajes que refuerzan cierta clase de sensaciones que tenemos al verlos. 

Escribe Mitchell en un momento de la novela "Las almas surcan los cielos del tiempo, decía la abadesa, como las nubes surcan los cielos del mundo". Las almas de los personajes surcan el metraje como la cinta va surcando por los rodillos dentados del proyector. Todo ello con una espectacular banda sonora a cargo de Reinhold Heil, Johnny Klimek y Tom Tykwer con momentos verdaderamente soberbios y, muy emotivos.

La película ha pasado por nuestras salas con más pena que gloria y ha sido tremendamente vapuleada por gran parte de la crítica. Pero posiblemente muchos de los que amamos este filme les responderíamos a quienes nos denostan por ello...

“A la Corpocracia, a la Unanimidad, al Ministerio de Testamentos, a la Juche, y al Presidente les digo lo que Séneca a Nerón: por más que nos mates a todos, jamás podrás matar a tu sucesor.”
(El Atlas de las nubes, David Mitchell)

viernes, 20 de septiembre de 2013

eLearning con papá



Después de las agradables sorpresas con algunas de las últimas entregas cinematorgráficas de cine de super héroes o de ciencia ficción, ha llegado una de las más clamorosas decepciones.

Disfruté enormemente de Oblivion; Man Of Steel me gustó mucho (aunque la sombra del caballero oscuro sea muy larga), Iron Man 3 me pareció extraordinaria y, desde luego mi último gran fetiche Cloud Atlas (a la que algún día dedicaré una entrada). Siento que el género sigue muy vivo. Me gusta Shyamalan, bueno el Shyamalan del Sexto sentido, de Señales y de mi favorita Unbreakable. Pero aquel horror de Airbender y esta cosa que ha entregado recientemente me hacen dudar de su cordura cinematorgráfica. Película fofa donde las haya. Con un insoportable Jaden Smith haciendo de alumno aventajado en esta aventura de teleformación emocional y militar en clave de ciencia ficción que aburre hasta las vacas. Un guión a la altura del más mediocre videojuego con el que ni John Ford hubiera podido hacer nada. Se salva un cuidado diseño de producción y un vestuario digno de una película del género. Diálogos de telefilme del domingo por la tarde y lo más preocupante de todo, en mi opinión, que este dueto padre-hijo empiece a sar cada vez más frecuente. Jaden no tiene, a mi juicio, la más mínima madera para protagonizar ni este ni ningún otro filme. Personalmente yo no le otorgo la condición de Ranger.

Como diría Pumares: Aburrida

jueves, 19 de septiembre de 2013

La reentrada

"Los griegos sólo se hacían una pregunta cuando moría un hombre, ¿Tenía pasión?".
Para mi amigo Verdi, que recientemente, nos ha dejado.

Pues sí.

Ha llegado mi reentrada. Hace varios años que dejé de publicar en el blog y, circunstancias de la vida, quiero volver a rescatarlo y comprobar si aún soy capaz de mantener algo de su antigua llama.

Ignoro, en este momento, si esa tarea podría ser el equivalente al treceavo trabajo de Hércules, si me costará menos tiempo y esfuerzo mantener un contenido digno o si, simplemente, no estoy en condiciones de poder llenarlo con un contenido de suficiente interés.

Quienes me conocen, saben de mis gustos y mis pasiones. Nada nuevo, ni nada original. El cine, la literatura, la música y, alguna vez que otra cambiar de prejuicios (que no cambiar de lugar, como decía Anatole France). Sobre esas cosas hablaré en este espacio, espero que con cierta regularidad, espero que con algo de acierto y, espero, que con algo de calidad. 

Retomar a estas alturas el blog, después de casi cuatro años, no es un reboot, como tanto gusta ahora decir en los ambientes y comentarios cinematográficos, sino una continuación, una reentrada como anuncio en el título de esta entrada (permítaseme la redundancia) y, como le diría Marty McFly a Doc... "Ahhh, ten cuidado con la reentrada, irás dando botes".


P.S. Ahhhhhh, necesitaré algo de tiempo para revisar todas las entradas de estos años atrás y, cortesía de la copia de seguridad de mi antiguo blog, revisar todas las imágenes que puedan estar extraviadas o eliminadas. De modo que si hay alguien ahí dentro (nunca he considerado la red como algo hacia lo que salimos, sino algo hacia donde entramos) que tenga un poquito de paciencia.