"Los griegos sólo se hacían una pregunta cuando moría un hombre, ¿Tenía pasión?".
Para mi amigo Verdi, que recientemente, nos ha dejado.
Pues sí.
Ha llegado mi reentrada. Hace varios años que dejé de publicar en el blog y, circunstancias de la vida, quiero volver a rescatarlo y comprobar si aún soy capaz de mantener algo de su antigua llama.
Ignoro, en este momento, si esa tarea podría ser el equivalente al treceavo trabajo de Hércules, si me costará menos tiempo y esfuerzo mantener un contenido digno o si, simplemente, no estoy en condiciones de poder llenarlo con un contenido de suficiente interés.
Quienes me conocen, saben de mis gustos y mis pasiones. Nada nuevo, ni nada original. El cine, la literatura, la música y, alguna vez que otra cambiar de prejuicios (que no cambiar de lugar, como decía Anatole France). Sobre esas cosas hablaré en este espacio, espero que con cierta regularidad, espero que con algo de acierto y, espero, que con algo de calidad.
Retomar a estas alturas el blog, después de casi cuatro años, no es un reboot, como tanto gusta ahora decir en los ambientes y comentarios cinematográficos, sino una continuación, una reentrada como anuncio en el título de esta entrada (permítaseme la redundancia) y, como le diría Marty McFly a Doc... "Ahhh, ten cuidado con la reentrada, irás dando botes".
P.S. Ahhhhhh, necesitaré algo de tiempo para revisar todas las entradas de estos años atrás y, cortesía de la copia de seguridad de mi antiguo blog, revisar todas las imágenes que puedan estar extraviadas o eliminadas. De modo que si hay alguien ahí dentro (nunca he considerado la red como algo hacia lo que salimos, sino algo hacia donde entramos) que tenga un poquito de paciencia.

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